Al llegar a cierta edad, simplemente NO nos nace ser tan educados como antes. Esa franqueza, esa honestidad, ese descaro para decir lo que sentimos y no lo que se espera que digamos nos trae múltiples anécdotas sobre lo liberador que puede ser el mandar al cuerno todo aquello que no nos cuadre. Así que escucha y disfruta:¡ nunca tendrás que volver a mentir con elogios inmerecidos cuando conozcas a un bebé feo!