La opinión de Macario Schettino siempre viene acompañada de contexto histórico, fuentes comprobables y una amplia visión de mundo. Así que no sabemos qué pecado tuvo que purgar para exponer sus ideas ante nuestro incompleto panel, pero el resultado final fue divertido, imperialista, totalitario, sedicioso, beligerante, pesimista, dicharachero, recalcitrante y mordaz. Y eso fue solo por parte de Albornoz, que llegó “fashionably late”. ¡Deléitense!